7 feb 2011

cotobada


Hace unos años en una aldea de un pueblo de Galicia conocí a al señor Manolo de Cordas, un labrador que llevaba toda la vida cultivando las tierras y era buen conocedor de la zona.
Hombre entrañable, bueno, de mirada limpia y clara, impregnado de la sabiduría de la vida cotidiana, alababa la generosidad de la tierra y su vida estaba llena de agradecimiento a ella, por haberle permitido vivir:
- Tú solo haces tus labores y ella te da todo, te da fruto, alimento , agua , todo lo que necesites , te da vida , decía siempre; con admiración y respeto devocional hacia ella, pisándola como quién bajos sus pies siente un lugar sagrado.
Afable y gran contador de historias y realidades de la vida.
Un día caminando por los montes da Curota me preguntó, quieres saber como funcionaban antiguamente los caciques?
Por supuesto, me gustaría que me lo contases le contesté mirando sus ojos impregnados de rabia.
- Te voy a contar algo que le pasó a mi abuelo que también era labrador como yo, se llamaba Antonio.., Antonio de Cordas.
Mi abuelo Antonio y mi abuela María eran labradores y vivían de cultivar la tierra y de ella mantenían a sus seis hijos que a medida que iban creciendo también ayudaban en las labores del campo , todas las manos eran pocas para poder mantener a la familia, estamos hablando de principios del siglo XX. Mi abuelo Antonio era muy trabajador y buen jornalero , además de cultivar su tierra también trabajaba a jornal para otros cuando se lo solicitaban.Era difícil mantener a seis hijos viviendo solo de la tierra, pero en casa siempre había para comer. Un año , en 1911 , mi tía Juanucha cayó enferma de tuberculosis y necesitaba cuidados y medicinas que en aquellos momentos escaseaban y eran muy caras. En casa de mi abuelo no había dinero, solo vivían al día con lo poco que iban consiguiendo de la tierra.
Ante la desesperación , mi abuelo Antonio fue hablar con Don Germán .
Don Germán López y García del Álamo era el cacique del pueblo, muy rico y realmente el hombre más influyente de la zona. De trato campechano y cercano con sus paisanos, Don Germán se sentía orgulloso de ser el hombre más influyente del pueblo y de “ayudar “ a sus paisanos.
- Hola Don Germán , tenía que hablar con usted, porque tengo un problema.
- Hombre Antonio, que tal María y los chavales, como va la vida?
- Pues de eso precisamente quería hablarle Don Germán, tengo a Pilar la hija mayor con tuberculosis y está la cosa muy complicada, no tenemos dinero para poder pagarle un médico en Santiago y darle medicinas, estoy muy preocupado.
- Antonio, aún tienes Cotobada ? ( era el nombre de la única finca de mi abuelo Antonio), preguntó Don Germán conocedor de la respuesta porque no había nada en el pueblo que se le escapara.
- Sí, claro Don German, es de lo que vivimos de trabajar la tierra, no sé hacer otra cosa.
- Bueno, Antonio, entonces creo que podemos arreglar el tema, si quieres te puedo hacer un préstamo de Mil pesetas y pones como garantía Cotobada, dentro de un año me pagas Mil cien pesetas contando principal e intereses y te devuelvo la escritura de la finca y así puedes tener dinero para el médico de la niña y algo más para lo que puedas necesitar .
- Pero Don Germán , usted sabe que Cotobada vale por lo menos Diez Mil pesetas , porque José de Penisqueira vendió la Tarreixa que era una finca la mitad de Cotobada y peor ubicada y con más pendiente por ocho mil pesetas el año pasado.
Don Germán conocedor del valor real de Cotobada dijo:
- Antonio, pero tú me vas a devolver el dinero cuando se cumpla el plazo y yo te devuelvo la escritura de la finca, si necesitas algo más de dinero lo podemos hablar.
- Tiene razón Don Germán, dijo Antonio, con mil pesetas espero que nos podamos arreglar y poder pagárselas en el plazo convenido.
- Bueno, entonces traeme la escritura de propiedad de la finda, redactamos el documento y te llevas el dinero el próximo jueves, te parece bien? Dijo Don Germán con la seguridad de sentirse conocedor de que la necesidad de Antonio.
- Vale, el jueves paso entonces por su despacho , dijo Antonio también contento por saber que podría ayudar a su hija y que en el plazo de una año podría devolver tranquilamente las mil cien pesetas a Don Germán, era un buen acuerdo también para él .
Al llegar a casa el Sr.Antonio le dijo a María el acuerdo al que había llegado con Don Germán y ella se puso contenta porque la esperanza de recuperar a su hija iluminaba su rostro, era lo único que pensaba, que su hija se pusiera buena.
El jueves según lo acordado se firmó el contrato de préstamo en los siguientes términos:
En el lugar de Fondevila, término municipal de Riveira
Reunidos de una parte Don Germán López y García del Álamo, mayor de edad y vecino de este término municipal con documento de identidad número : 832.345, actua en su propio nombre y derecho en calidad de prestamista y de otra parte Don Antonio Cordas Laíño con documento de identidad número : 456.234 , actua en su propio nombre y derecho en calidad de deudor .
Acuerdan:
Que Don Germán le presta la cantidad de Mil Pesetas a Don Antonio por el plazo de un año .
Don Antonio Cordas se compromete a pagar antes del día 8 de Febrero de 1912 la cantidad de Mil Cien Pesetas en concepto de devolución de principal e intereses a Don Germán López y García del Álamo; que como garantía del préstamo Don Antonio Cordas Laíño aporta la escritura de propiedad de la finca Cotobada cuya descripción es la que sigue:
Finca a labradío , prado y monte , sita en el lugar de Sidreiras, de cabida veintiocho ferrados, y tres cuncas y cuyos linderos son ; al Norte: Finca de Don Germán López y García del Álamo, Sur: Finca de Don Germán López y García del Álamo, Este; Río Ameneiro y Oeste : Parcela cerrada sobre sí propiedad de Don Germán López y García del Álamo.
Que si en la fecha indicada del 12 de febrero del año 1912 el Sr.Antonio Cordas Laíño no entrega la cantidad indicada de Mil Cien Pesetas a Don Germán López y García del Álamo, éste pasará a ser propietario de la citada finca Cotobada.
Así lo aceptan y firman en el lugar arriba indicado a día 7 de Febrero de 1911 en el momento en el que el Sr.Antonio Cordas recibe la cantidad de Mil pesetas de Don Germán López y García del Álamo, sirviendo este documento como la más fiel y garante carta de pago.
Fdo: Antonio Cordas Fdo:Germán López
La mano firme y agradecida de Don Antonio se extendió y se ofreció a la temblorosa de Don Germán y con ese apretón se cerraba el acuerdo.
Antonio se apresuró a su casa para entregarle el dinero a su mujer para poder hacer todo lo necesario para llevar a su hija al médico si todavía no era demasiado tarde.
Pasaban los días y la hija de Antonio y María no mejoraba ni respondía al tratamiento, murió de tuberculosis once semanas después de haberse firmado el documento.
Al cabo de varios meses la vida seguía su curso y Antonio y sus otros hijos trabajaban la tierra como lo habían hecho toda su vida,
En el mes de octubre de 1911, meses antes de lo acordado, Antonio ya tenía las mil cien pesetas para devolverle a D.Germán.
- Hola Don Germán, dijo Antonio le traigo las Mil cien pesetas para saldar la deuda que tengo con usted.
- Siento lo de tu hija Antonio.
- Así es la vida Don Germán, la tuberculosis se lleva a mucha gente en estos tiempos, no pudimos hacer nada más, comentó con resignación y con humedad en sus ojos.
- Aquí tiene sus mil cien pesetas, y muchas gracias por lo que ha hecho por mí, le estaré siempre agradecido Don Germán, muchas gracias.
- A mandar Antonio, para eso estamos. Pero mira hombre, no me devuelvas el dinero , porque todavía faltan varios meses y si lo necesitas para cualquier cosa no tienes porque volver a pedírmelo, además te va a costar lo mismo devolvérmelo ahora que en el plazo indicado, llévatelo y ya me lo devolverás en la fecha acordada.
- Muchas gracias Don Germán, agradezco su ofrecimiento pero mira, ya tengo el dinero y prefiero pagárselo ahora, estaré mucho más tranquilo y ahora tengo el dinero.
- Como quieras, pero mira, si te lo quedas, lo sigues teniendo y llegado el momento me lo devuelves y todo arreglado, siempre puede surgir algún imprevisto, y ahí está.Hazme caso Antonio, llévatelo. Yo no lo necesito ahora y tú a lo mejor sí. Vuelve cuando quieras y no vengas a pagarme hasta el día que día del vencimiento , no te preocupes.
- Bueno, gracias Don Germán, le estoy muy agradecido.
Antonio salió de allí con las mil cien pesetas y al llegar a casa se las dio a María para que las guardara sabiendo que no las volvería a tocar hasta el día del pago, que se las llevaría a Don Germán para saldar su deuda y recuperar la escritura de Cotobada.
Cuando llegó el día 12 de febrero del 1912 , a las ocho de la mañana Antonio estaba en la oficina de Don Germán a primera hora , llevaba las mil cien pesetas en una bolsa de tela en la mano agarradas como una madre a su hijo recién nacido. Cuando entró en la oficina allí estaba un empleado que le dijo a Antonio.
- Hoy Don Germán está de viaje, no vendrá hasta la semana que viene, ha tenido que irse ayer por la noche por unos asuntos a Madrid.
- Bueno, pues aquí tengo el dinero para saldar su deuda que vence hoy y para llevarme la escritura de la finca que puse como garantía.
- Lo siento, pero eso solo lo puede hacer Don Germán, yo no tengo poder para saldar esa deuda y no estoy autorizado a hacerlo, la semana que viene estará por aquí Don Germán , vuelva usted el miércoles y lo arreglará con él.
Antonio se fue a casa y le comentó a María lo que había pasado y no estaban muy tranquilos, pues sabían de la fama de Don Germán , que siempre tenía buenas palabras pero su sangre se helaba cuando había negocios por medio.
Esa semana de espera se hizo larga interminable.
El día de la vuelta de Don Germán, Antonio estaba allí a primera hora.
- Hola Antonio, le dijo Don Germán cuando lo vió , como va todo.
- Vengo a saldar la deuda .
- Pero el plazo venció la semana pasada Antonio, la deuda ya está saldada, precisamente ayer fui al Registro de la Propiedad a registrar Cotobada a mi nombre como acordamos en el contrato porque el plazo ya venció y no pagaste tu deuda.
El corazón de Antonio se heló de repente y la ira salía de sus ojos.
- Pero Don Germán, eso no puede ser, yo estuve aquí el día del vencimiento y usted sabe que en repetidas ocasiones yo quise pagar la deuda y usted no me lo permitió , me dijo que no habría problema.
Era práctica común en aquella época entre los caciques no estar disponibles el día de los vencimientos de los contratos.
- Lo siento Antonio, pero un trato es un trato , y los documentos están para cumplirlos. Pero no te preocupes , porque podrás seguir usando y trabajando Cotobada , te la arrendaré a cambio de la mitad del grano que obtengas cada año y en el fondo es como si fuera tuya, quizás mejor todavía, porque no tendrás ni que pagar la contribución ni ningún impuesto.
La humedad en los ojos de Antonio se hacía más visible y su ira se iba transformando en resignación.

- Pero no hay nada que pueda hacer para recuperar Cotobada Don Germán? La finca fue de mi padre, de mi abuelo, viene de siempre de mi familia. Preguntó Antonio, dándose cuenta de que el cacique lo había engañado como a tantos otros en el pueblo.
- Pero Antonio, si en realidad es como si fuera a seguir siendo tuya, la vas a trabajar y puedes seguir viviendo de ella tú y tus hijos en el futuro también.
La resignación a recuperar Cotobada ya se había instalado en Antonio, y ya solo pensaba en sacar las mejores condiciones posibles en el arrendamiento.
- Don Germán , no puedo pagar la mitad de la cosecha, no podríamos vivir con la mitad restante.
Los labios de Don Germán ya adquirían la forma de sonrisa, consciente de su poder y de que su objetivo era una realidad.
- Por favor Don Germán, quizás pudira pagarle con un tercio del grano y de la cosecha de cada año, sugirió Antonio con voz tenue y temblorosa.
- Que buen negociante eres, vale , de acuerdo, tú ganas dijo con ironía D.Germán.
Antonio parecía incluso sentirse contento y agradecido hacia Don Germán por el buen acuerdo que había conseguido en el arrendamiento; parecía que la resignación se había transformado en alivio como cuando el médico te dice que lo que tienes puede ser un cáncer y al final te dicen que es una simple infección.
- Esta es la historia de mi abuelo, pero también es la historia de nuestro pueblo, es la historia del ser humano , me dijo el Sr.Manolo de Cordas con lágrimas en los ojos…
Y levantando el dedo índice me señaló:
- Ves aquella finca cerrada con muro de piedra y con la casa en el medio? Me preguntó
- La que linda con el Río? , pregunté.
- Sí, la que linda con el río,pues aquella finca es Cotobada, se la compré a los nietos de Don Germán hace veinte años y todas las demás suyas que tenía alrededor. Dilapidaron todo el patrimonio de la familia malvendiéndolo entre todos los hermanos, y es que lo que fácil se gana, fácil se pierde.
- Ahora tres nietos del Sr.Germán trabajan para mi hijo en el aserradero y son como de la familia, se llevan muy bien con nosotros y los queremos mucho, tuvimos que ayudarlos para que no les embargaran la casa y viven dignamente de su trabajo, aunque lo pasaron mal durante tiempo.
- Ven , te la voy a enseñar y la recorremos entera y luego hacemos un café al lado del fuego.
- Gracias Sr.Manolo, dije sintiendo como mío su orgullo.
- Sabes? , Cuando el ser humano se dará cuenta de que todo se queda aquí? Que no nos podemos llevar nada de esta vida? Todo lo que tenemos es para nuestro disfrute y para vivir, pero no podemos poseer nada. La Tierra nos regala todo cada día, pero no podemos poseerla, ella lo sabe, pero nosotros , a veces, nos olvidamos y creemos que un papel nos hace dueños de algo. Solo podemos disfrutarlo y obtener su fruto, no hay nada que podamos poseer.

Lo miré a los ojos y percibí como mi cuerpo se extremecía , mi pecho se agrandaba y sentía danzar a las células dentro de mí.
Me miró,me cogió del hombro y caminamos hacia Cotobada.
Cotobada es un lugar real con un río hermoso, pero sobre todo es un lugar en el corazón humano, el lugar donde reside el amor, el lugar desde donde el ser humano se entrega a la vida, se rinde ante ella y la honra.




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8 comentarios:

  1. Tagore escribió:

    Entraron en mi casa al alba diciendo: "cabremos bien en el cuarto mas pequeño" "te ayudaremos en el culto de tu Dios y nuestra humildad tendra de sobra con la parte de gracia que le toque".
    Y se sentaron en un rincón y estaban quietos y sumisos.
    Pero en la oscuridad de la noche, senti que forzaban la entrada de mi santuario, fuertes e iracundos y se llevaron con codicia impia, las ofrendas del altar de Dios.

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  5. Universo Confabulado por Roberto Blanco

    Mi historia es de finales del siglo XX y aunque los protagonistas son distintos, los hechos hablan de la prepotencia, avaricia y desprecio de los que nunca tuvieron que ganarse la vida con el sudor de su frente y de a donde nuestra mente puede llevarnos cuando nos encerramos en ella y tan solo vemos lo que tenemos en frente de nuestras narices.

    Mi padre llevaba la tira de años trabajando en el Banco Pastor de Ribeira; acuciado y quizá agobiado por una hipoteca de un piso que era su única propiedad y su única deuda, el hombre practicaba el pluriempleo con suma avidez, tenia seis o siete contabilidades diarias y encuadernaba libros en casa. Mi madre cosía y calcetaba por encargo. A nosotros, sus hijos, a pesar de que todo aquel ajetreo en la casa a veces nos enojaba pues debíamos cumplir con ciertas obligaciones que nos alejaban en cierta manera de los juegos de los baby boomers españoles de los sesentas no nos faltaba de nada pues para mi padres éramos lo mas importante de su vida y segundos a absolutamente nada.

    Pues bien, después de tantos años entregado a una vida de trabajo el pobre hombre empezó a padecer depresiones, yo hoy en día supongo que de verse atrapado en una jaula de donde en aquella época era muy difícil salir, y se sometió a tratamiento siqiatrico que todavía lo hundió mas en el vacío existencial donde probablemente se hallaba.

    Poco a poco, todavía trabajando en el Pastor y con los hijos ya fuera de casa consiguió ahorrar 800000 pesetas y comprarse una finca en Olveira. Aquel pequeño lugar se transformo en una terapia, un sueño, una recompensa bendita para un hombre que nació en el peor año del siglo en España, 1936, que fue vendido a los siete años por un traje y un queso, pero que nunca se olvido de donde venia y que con un corazón enorme siempre impuso la lealtad y la honestidad sobre cualquier valor material en su vida.

    Poco a poco, henchido por el saberse dueño de un pequeño trozo de tierra, mi padre plantaba todo tipo de vegetales, arboles, flores y ladrillos en una casucha que iba montando en el tiempo que su amor reencontrado, la tierra, le iba dejando libre.
    Trajo colmenas, hizo vino, animales como gallinas, conejos y cabritos que al final nunca mataban pues se encariñaban con ellos. Los perros y gatos campaban a sus anchas en su propiedad, el cocinaba para ellos y les entregaba dosis de cariño que siempre eran correspondidos.

    Pero como siempre, la vida no transcurre fácil, no existe una línea de felicidad que no se vea interrumpida, tan solo nuestra reacción ante los hechos que nos conmocionan, la manera en que afrontamos lo que nos sucede nos puede dar un cierto nivel de estabilidad y por que no, también de felicidad.
    Una mañana, bien temprano, mientras mi padre trabajaba aquella tierra con ternura, mientras se dejaba todo su nervio en ella, un cochazo, no recuerdo ni me importa el modelo, aparco a su vera y un hombre entrajetado como un noble o como el esbirro de un noble le pregunto a mi progenitor que era lo que hacia en la tierra de su ama la Condesa.

    - Que condesa?- inquirió mi padre.
    - No me venga con esas- dijo el hombre del cochazo- usted sabe que esta tierra es de Dña. Carmela Arias, Condesa de Fenosa. Salga de ahi ahora mismo.

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  6. Universo Confabulado por Roberto Blanco



    Mi padre arguyo que el había pagado por esa tierra en efectivo, que tenia las escrituras, que la había registrado en Noya, que se había ganado el dinero honradamente y que no había robado nada a nadie pero aun así el individuo del cochazo lo amenazo con llevarlo a juicio por el robo y la tenencia ilícita.

    Tan raudo como pudo mi pobre padre, deshecho por lo que acababa de oír se fue a la Camara de Propiedad en Noya y comprobó para su malasuerte que precisamente aquel dia se cumplía el plazo de un año que la ley permitía para poner una reclamación sobre la propietaturia de la tierra.
    No sabia donde acudir y sin mucha pillería se fue al abogado de Riveira que mas conocía pues también representaba al Banco en algunas diligencias. Que poco sabia el pobre que casi todos los legos representan al diablo y que muy raramente la ley protege la justicia y al pobre.

    El problema de mi padre no era solo la disputa de la tierra sino que la reclamante era a su vez la dueña del Banco Pastor, lugar donde el había trabajado por los últimos treinta años.
    Las dudas lo acuciaban, que seria mejor? Abandonar la tierra sin dilación o arriesgar su puesto de trabajo pleiteando con la la mujer mas poderosa de Galicia y dueña de su salario.
    La depresión amenazaba con volver a hacer mella, los hombros encogidos y la cabeza baja comenzaban a aparecer en su andar brioso. Pensaba que probablemente perdería todo, su piso, su finca y probablemente también su empleo. Pensaba en los días que cuidaba rebaños en la Sierra de la Cabrera, lleno de soledad, frío y con un mendrugo de pan como único alimento.

    Casi sin recursos para pleitear decidió pedir una audiencia con su jefa. Fue despreciado una y otra vez. La tal señora venia a la Puebla y mi padre intentaba que su chofer, un amigo de un amigo o el director de la Puebla intercedieran y le dieran una audiencia que esta nunca concedía. Entonces cargado de humildad pensaba que debía no molestarla en sus vacaciones y pedía la audiencia en días de trabajo, cuando ella no se encontraba en el Pazo que utilizaba para vacacionar.

    Yo que veía a mi padre desesperar y que la Condesa no cedía ni en recibirlo decidí que era momento de tomar cartas en el asunto. Había factores que me condicionaban fuertemente, había crecido en el franquismo y por parte de la familia de mi padre habíamos sufrido las consecuencias de no pertenecer al bando ganador de la guerra, dia a día había visto y en cierto modo sufrido las consecuencias del caciquismo en Ribeira y como comúnmente se dice, esta condesita desagradecida había rebasado los limites de mi paciencia. Le pedí el coche prestado a mi padre, metí la escopeta de cartuchos con la canana en el maletero y me aposente en las inmediaciones del Pazo en la Puebla esperando a que la caciquilla de turno diera señales de vida para sacarsela. La rabia me consumía y aunque prevenía las consecuencias no me importaba. Se abrió la mañana y con ella la cancela de la grave muralla atravesada lentamente por un auto con chofer. Atine a mirar con rabia sin embargo no me dio tiempo a acercarme. Seguí el auto hasta la iglesia, aparque cerca de ellos y cuando estaba abriendo el maletero para cometer mi felonía se acerco a saludarme un cura llamado D. Fernando que por divina providencia aquel dia iba ayudar al párroco en la misa.

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  7. Universo Confabulado por Roberto Blanco


    D. Fernando, al cual yo tenia en aprecio por su bondad y porque me permitía diferir y debatir con el sobre teología en las clases del instituto, me dio un fuerte abrazo y me invito a entrar a la misa que el oficiaría. Aunque antieclesiastico, dada su bondad y afabilidad, no pude negarme. Me senté en la segunda fila detrás de la condesa y su familia, recuerdo que temblaba, casi no podía contenerme.
    Aguante como pude la tan aburrida y repetida homilía, esperaba el sermón, la única parte de la ceremonia para mi algo interesante y provechosa. D. Fernando se subió al púlpito y como si hubiera leído mi pensamiento cuando me abrazo a la entrada comenzó a hablar del evangelio de S. Pablo y parafraseandolo leyó un versículo que dice algo así como :
    - Cuando un hombre justo se propone algo, cuando un hombre justo desea cambiar el universo se confabula para procurarlo.

    Salí de la iglesia sin ánimos de coger la escopeta y decidí que fuera lo que fuese mi padre me prefería mas a mi que a la finca. Este crimen probablemente no solo mataría a la condesita sino consecuentemente también a mi familia.

    Y así fue, en esta ocasión el universo se confabulo para que un hombre justo, mi padre en este caso,no sufriera las consecuencias de una cacique sin sentimientos. El Banco debido a una crisis financiera y a una reestructuración del personal se vio obligado a ofrecer el retiro adelantado a los empleados mas antiguos, mi padre ante la coyuntura se agarro a esto como un hierro ardiendo y se prejubilo con el 95% de su salario. Esto hizo que tuviera el tiempo para litigar y ya sin el agobio de perder su empleo poner a la condesita y sus acólitos en una posición que ni la justicia podría evitar. El hecho que inclino la balanza fue la llamada de un amigo de mi padre que trabajaba en una revista de denuncia muy popular en la época llamada "Interview" amenazando con publicar el caso.
    La siguiente llamada fue del abogado de dos caras a mi padre ofreciendole un arreglo por las buenas.

    Hoy cuando voy a visitarlo a su paraíso de flores, abejas, perros y arboles frutales,cuando lo veo cortando leña o vestido con el traje y el fuelle echando humo para atender las colmenas lo veo feliz y me inspira a nunca dar absolutamente nada por perdido, a de verdad creer que cuando una razón es justa hay muchas probabilidades de que el universo se alinee para conseguirlo.

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  8. Puesto en palabras lo que llevo pensando desde hace algunos años...
    Gracias.

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