13 may 2011

donde hay patrón no manda marinero

cuando era niño me crié en Aguiño, un pueblo marinero de la Ría de Arosa, concretamente es la boca de la Ría.. es donde nace.. Aguiño en una parte es Ría y en otra parte Mar Abierto.
toda la familia de mi madre eran marineros, y mi abuelo Andrés fue toda la vida marinero, era patrón en barcos de la sardina, tuvo varios barcos, y él siempre andaba de patrón.
El arte de pesca de la Sardina es el Cerco, son barcos pequeños que van y vuelven en el día, a mi abuelo le apasionaba el mar, pero le tenía también mucho respeto.
Era un hombre curtido de piel oscura, ojos claros , mirada profunda, muy parsimonioso, cauteloso, gran fumador de ducados, me contaba que cuando tenía mucho sueño a bordo del Mariflor que fue uno de sus barcos que dormía un pitillo y esto consistía en encender un cigarro y ponerlo entre los dedos cruzados y dormirse , cuando el cigarro le quemaba los dedos se despertaba, era cuestión de minutos, porque como estaba llevando el barco, no se podía permitir más tiempo , pero me decía que esos minutos eran suficientes para poder seguir ahí, y esto lo hacía cuando veía que podía poniendo el piloto automático durante unos minutos en una zona marítima que conocía y que normalmente estaba libre de piedras y de otros obstáculos en el radar.
Cuando mi abuelo se jubiló, seguía con ganas de ir a la mar, y se compró una dorna que se llamaba Conchita, una dorna pintada de rojo, yo en aquella época más o menos tenía nueve años, y durante los veranos estaba con él y mi abuela en casa y muchos días me iba con él en la dorna a faenar, normalmente me iba con él cuando iba tirar unas vetas o tramallos dentro de la zona del puerto, la Conchita andaba a Vela o a remo, nunca tuvo motor, prefería salir a vela, aunque cuando era dentro del puerto, normalmente íbamos a remos.
Lanzaba unas vetas ( redes) por la mañana temprano y luego al atardecer íbamos a ver que había pescado y traíamos lo que allí encontrábamos, a mí me dejaba ayudarle a levantarlas vetas para la dorna. Me encantaba ir con él en la Conchita, me sentía muy seguro, sabía que estando con él todo estaba bien, no había ningún problema, era muy cauteloso y me sentía muy cuidado por él.
Normalmente siempre que me llevaba en la Conchita era cuando iba a dentro del Puerto, cuando salía fuera de la Ría a pescar los Pulpos , normalmente no me llevaba porque decía que era peligroso para mí, pero un día, supongo que después de tanto insistir mi abuela y yo , accedió y me llevó, me acuerdo, yo tenía nueve años y salimos por la mañana temprano, al llegar al puerto, no hacía mucho viento y él estaba decidiendo si le pedía a algún compañero dorneiro que tenía motor si lo remolcaba hasta fuera del Puerto o si ya izaba la vela en Puerto y salíamos veleando , y así lo hicimos, salimos veleando ya desde el puerto, y allí no hubo problema, pero a medida que nos íbamos adentrando en Mar Abierto, el oleaje era cada vez mayor y yo no estaba acostumbrado a eso, porque siempre había ido solo dentro del puerto y me empecé a marear y a vomitar ; me acuerdo que gritaba : Ay mamaiña, ay mamaíña,.. de esto me acuerdo, porque entre otras cosas mi abuelo se encargó de recordármelo casi cada día durante el resto de su vida.. siempre me decía: jritabas ay mamaíña, non desías ay papaíño…
Yo no podía más , sentía que en cualquier momento mí hígado saltaría por la borda, y como ya estábamos muy lejos de Aguiño , pero no lejos de la costa, y yo le decía, llévame a tierra, llévame a tierra, me acercó a una playa que estaba en la zona de Couso que él llamaba O Porto das Moscas y allí me dejó, y me indicó como ir desde allí hasta casa, él siguió rumbo a Torán , para coger los pulpos y yo cojí el camino siguiendo las marcas de las ruedas de los coches para llegar a casa, fue lo mejor porque si volviésemos a puerto, sería mucho más larga la travesía. Nunca volvía a ir a fuera del puerto en la dorna, aunque sí seguía ir a levantar las vetas pero no a los pulpos a fuera… me preguntaba si quería ir y siempre le decía que no, creo que ahí perdí una de mis primeras oportunidades de hacerme Patrón, como él era.
Gracias Andrés
Cuando puse el título a esta entrada no pensaba hablar de mi abuelo,ni de sus cualidades como Patrón.
Eran otro tipo de Patrones los que quería mencionar, los patrones de vida, los fuertes condicionamientos de la infancia que te mantienen preso durante mucha parte de la vida posterior a crearlos.
Y realmente viéndome a mí mismo como un marinero en esta singladura , o en esta travesía que es la vida, me doy cuenta de que muchas veces, quizás las más, no soy dueño de mi propia vida, no tengo poder sobre ella, porque los patrones tan enraizados en mí no me lo permiten, yo como marinero de mi propia vida, puedo tener una intención, o querer ir hacia un lugar de una manera concreta en una dirección, pero el patrón ( condicionamiento profundo) me lleva por otro derrotero. Y es que el patrón tiene más poder sobre mí del que yo creo. Por eso considero el dicho tan acertado, donde hay patrón, no manda marinero.
Y ahora escribiendo lo de mi abuelo , me estaba dando cuenta de que en el fondo, en la dorna iba un Patrón y un marinero, y entre los dos eramos una tripulación, y en la vida puedo establecer una analogía y es que la dorna o embarcación a llevar sería mi cuerpo y todos mis condicionamientos de vida, o historia de vida no digerida sería el patrón o patrones y yo sería el marinero, pero entre todos somos una tripulación que queremos llegar a buen puerto, entonces creo que mientras siga teniendo los patrones conmigo , lo mejor que puedo hacer es darme cuenta de ellos y establecer una buena relación de amistad y respeto hacia ellos, porque están ahí y son parte también de mi vida, y en lugar de estar siempre preocupado por ellos o queriendo que no estén y sufriendo porque sí están, pues aceptar que están ahí e intentar tener una buena relación con ellos para llevar la embarcación al lugar requerido ; y es que es muy claro…, donde hay patrón no manda marinero.
- parese que alá hay un lote de peixe…
¡ tierra a la vista!